24.3.09

SOBRE EL SUFISMO...

Shaij Nazim al-Qubrusi
Shaykh Nazim al Qubrusi, el más grande maestro vivo del sufismo dice:
"Libertad real, es ejercer el poder de la voluntad para dominar al ego y dar así libre espacio al espíritu, el cual siempre anhela la Divina Presencia."
Los Reinos de Dios en su Divina Presencia, dice, son nuestra verdadera patria de origen.
"Nosotros aquí no somos más que un mero reflejo de la realidad de nuestro espíritu en la Divina Presencia. Debemos encontrar el camino de regreso".
Mawlana Sheij Nazim, gran maestro de la orden naqshbandi, descendiente del Profeta del Islam y de Jalaluddin Rumi.
En numerosas oportunidades ha hablado desde su propia experiencia acerca de las realidades espirituales del sendero hacia Dios.
Muhammad Nazim Adil al-Haqqani al-Qubrusi. (n. Larnaca, Chipre, 1922). Cuatrigésimo Gran Maestro de la tariqa naqshbandi-mujaddidi-khalidi-haqqani, conocida más comúnmente como tariqa naqshbandi-haqqani, sucesor del Gran Maestro Abd Allah al-Faiz al-Daghestani.
Descendiente del Profeta del Islam, Muhammad, reside en Chipre, aunque sus seguidores viven en zonas tan distantes entre sí como Estados Unidos, Canadá, Perú, Argentina, Chile, Líbano, Pakistán, Alemania, Inglaterra, Francia, España, Sudáfrica, Malasia, Indonesia, etc.
Ha viajado intensamente por todas las tierras islámicas y gran parte del Occidente llevando el mensaje del Islam según la comprensión sufí del mismo.
No es autor de ningún libro escrito, aunque varios de sus discursos han sido compilados por seguidores suyos en algunos libros.
Sus murids, es decir, la gente que se ha afiliado con él, afirman haber visto o conocido de numerosos signos, indicios o karamats (milagros) conectados con él que indicarían, a su entender, que Mawlana Shaykh Nazim, como le llaman, es un gran wali de Allah (amigo de Dios) de esta época, de hecho, el Polo de los Santos de Dios de esta época, es decir, alguien que ha vencido a su ego y se ha rendido ante Dios y permanece en todo momento en la Divina Presencia, al cobijo y como seguidor del último de los Profetas, su ancestro, Muhammad el Profeta del Islam.
Entre ese tipo de signos se cuenta el conocerle en sueños incluso antes de conocerle físicamente, o el soñarle junto con el Profeta del Islam en numerosas oportunidades.
Varios murids han percibido, en momentos de consciencia especial en las reuniones de dhikr o Recuerdo de Dios que se tienen periódicamente en la tariqa, diversas manifestaciones luminosas de Mawlana, como le llaman, o de su bendición especial que opera en los corazones para llevarlos por el camino de la sumisión y entrega a Dios.
Ha sido objeto de reconocimiento por parte de otros shaykhs y líderes de tasawwuf conocidos también en Occidente, tales como sidi Mustafa ibn Basir ad-darqawi, Shaykh Muhammad al Alawi al Maliki, al Habib Ali al Jifri, Nuh Ha Mim Keller, Hamza Yusuf, entre otros.
En sus viajes por Oriente, ha sido recibido con los brazos abiertos por numerosos shaykhs de sufismo de dichas tierras.
Ha sido objeto de intensa y encendida polémica sobre todo por su conocida oposición al reformismo islámico bajo las formas wahabismo o salafismo y deobandismo.
Acusa a tales movimientos, de origen relativamente reciente en la historia del Islam, de generar tensiones, odios, sufrimientos y enemistades como el caso paradigmático del denominado ´terrorismo islámico'.
Pertenece a la línea del sufismo islámico que sostiene tradicionalmente el seguimiento conjunto de la haqiqa (las realidades espirituales internas) y la sharia (la legislación establecida por el Islam).
Sus enseñanzas varían desde diversos aspectos de la reforma del carácter del ser humano, poniendo un gran énfasis en la purificación del carácter, y en el mantenimiento de adab o forma perfecta de conducta en cada circunstancia, hasta enseñanzas sobre diversos aspectos políticos y sociales contemporáneos o las condiciones del sistema educativo actual.
Es conocido por su defensa del Califato como forma tradicional de gobierno para los musulmanes, forma opuesta a la división actual del mundo islámico en diferentes países con gobiernos nacionalistas.
Shaykh Nazim enseña que el Califato Otomano, el último califato de los musulmanes, cumplió una función esencial en la preservación de la Paz en el Medio Oriente y que la caída del Califato, que sólo es un receso temporal, ha traído desunión, conflictos interminables y graves problemas al Medio Oriente y a los musulmanes en general.
Expone que el Califato pertenece a la sunnah, es decir, es una forma de gobierno divinamente aprobada modelada directamente en el gobierno del Islam que ejerció el Profeta Muhammad, el Profeta del Islam, y sus primeros cuatro sucesores en el gobierno de los musulmanes o Califas Rectos, una forma de gobierno muy distinta a la democracia, la cual viene al mundo islámico como una importación del Occidente contraria a las enseñanzas del Profeta y que -sostiene- es un instrumento político que está al servicio de los ego de los hombres, siendo el soporte fundamental para todo acto de rebelión contra la Autoridad de Dios sobre sus siervos, los seres humanos.
Shaykh Nazim enseña también que la economía global, cimentada sobre el papel moneda, es una economía contraria a las enseñanzas reveladas del Profeta del Islam, y la banca mundial es una institución de tiranía en contra de los pueblos, amparada por los líderes mundiales que han dado la espalda a las legislaciones sagradas.
Condena por igual el capitalismo y el comunismo como formas de tiranías y opresión contra los pueblos.
Denuncia la comprensión occidental contemporánea del término 'libertad' como un instrumento ideológico que fue creado para derribar los límites divinamente establecidos de la legislación sagrada, con el efecto de generar un cúmulo de caos y problemas que antes la humanidad no conoció en esta medida.
Sostiene que esa manera secular y anti-religiosa de entender la libertad es en el fondo una esclavitud, la esclavitud de los siglos XX y XXI, de los seres a sus egos.
Libertad real, dice, " Es ejercer el poder de la voluntad para dominar al ego y dar así libre espacio al espíritu" .
Denuncia asimismo la comprensión ideológica democrática del término ´igualdad´ en Occidente, como una forma de ´igualar hacia abajo´ a los seres humanos y de eliminar las diferencias naturales que traen entre los hombres la mayor o menor nobleza de espíritu.
Dice que la nobleza del espíritu radica en la mayor o menor sumisión y entrega a Dios que uno pueda tener y que antaño, cuando la gente mostraba sus respetos a los siervos puros de Dios y a las autoridades rectas -las cuales, como en el Califato Otomano, eran a su vez discípulos de tales siervos-, la sociedad mostraba un orden que permitía que las poblaciones mantuvieran de manera adecuada su conexión con su Creador.
Su firme defensa del legado islámico tradicional, y de la memoria del califato otomano como un modelo reciente y bendito de funcionamiento de un verdadero gobierno islámico y universal, le ganaron desde temprana edad diversas enemistades en el gobierno secular turco, al punto que fue puesto en prisión en su juventud por negarse a dar el llamado a la oración de los musulmanes (adhan o azan) en turco, como exigía en aquel entonces el gobierno, y hacerlo en árabe, como exige la religión del Islam.
A sus más de ochenta años, el gobierno turco sigue insistiendo en ponerle trabas legales, habiéndole prohibido dar el jutbah (la alocución del viernes previa a la oración comunitaria de los musulmanes) en la parte turca de Chipre, donde Shaykh Nazim reside.
Shaykh Nazim es conocido por su intenso carisma y la simpatía y amor que genera entre muchas personas, por su carácter afable y por su apertura hacia toda clase de personas, así como por su buen humor el cual ejerce frecuentemente para transmitir enseñanzas y el cual no impide, sin embargo, que en ciertos momentos muestre a manera de relámpagos su pleno rechazo y gran pena y enojo por las condiciones actuales de rebeldía contra Dios y olvido del espíritu, de esclavitud al materialismo, que viven la mayoría de los seres humanos.
Ha sostenido visitas a miembros de las más diferentes religiones y denuncia los odios religiosos, raciales, nacionales o de cualquier otro tipo, sin dejar de invitar, de muy diferentes maneras, a la gente a que libremente y tras sus propias reflexiones, comprendan el mensaje del Islam -que se cuida de diferenciarlo de las versiones wahabis, salafis o deobandis- y acepten dicho camino.
En uno de sus viajes a España, por ejemplo, fue a visitar a unos monjes budistas, exponiéndoles la espiritualidad islámica o sufismo, y al término del viaje algunos monjes aceptaron el Islam.
Shaykh Nazim ha venido anunciando desde hace varios años que los tiempos en los que vivimos son los tiempos predichos por el Profeta del Islam como los Últimos Tiempos, los tiempos en los que el mundo vive y vivirá de modo mucho más dramático aún la peor de las crisis globales a todo nivel, personal, familar, social, económico, religioso, político.
Sostiene que de los 100 signos predichos por el Profeta del Islam, 98 ya se han cumplido y estamos a puertas de las grandes crisis que conmoverán al mundo en guerras mayores que las que hemos visto y que eso debe ocurrir antes de que venga el Imam Mahdi, un descendiente del Profeta predicho por el Profeta del Islam como alguien que vendrá a reunificar en los Ultimos Tiempos a los musulmanes del mundo bajo el camino recto y a eliminar las tiranías y las injusticias que pueblen el mundo.
El Imam Mahdi, según la enseñanza islámica, viene poco antes del regreso triunfante, a su vez, del Profeta Jesús (Ísa, en árabe), que los musulmanes también aceptan, el cual asumirá el gobierno de los creyentes del mundo.
En tiempos del retorno del Profeta Jesús, a su vez, vendrá el gran impostor, Anticristo o Dajjal, que será muerto por el mismo Jesús.
Shaykh Nazim afirma que el énfasis principal en la vida de cada musulmán debe ser la lucha contra nuestros propios egos, siendo la esclavitud al ego la fuente de la desdicha y la miseria personales y, en última instancia, de las naciones.
Como defensor de la sharia o legislación islámica tradicional establecida por el Profeta del Islam, Shaykh Nazim ha mencionado en diversas circunstancias que el orden de las familias y de las naciones sólo puede residir en seguir la Voluntad Divina y en adecuarse a los preceptos divinamente revelados, o de lo contrario no puede haber verdadera paz en este mundo.
"Estamos intentando ser nada . Pues en la medida en que intentemos ser algo, nuestro ego va a engañarnos".
Cuando se dirige a un grupo de personas para darles algunas palabras, dice, no tiene ningún programa determinado de qué decir.
Nunca prepara sus charlas de una manera programática.
Más bien, afirma, abre su corazón a las personas que tiene frente a sí y recibe una inspiración y señal en ese momento, por la bendición de su Gran Maestro y en definitiva por su relación espiritual con el Profeta del Islam, para decir entonces aquello que pueda ser de beneficio no a las mentes sino a los espíritus de quienes lo están escuchando.
Tiene diversos representantes en todo el mundo, con los cuales los murids o discípulos se pueden mantener en frecuente contacto para llevar a cabo su progreso espiritual.
La forma adecuada de establecer una conexión esporitual con Shaykh Nazim para sus murids es que éstos establezcan conexión con un representantes suyo autorizado por el propio Shaykh Nazim para transmitir enseñanzas y cuidar del bienestar del alma de los murids.
Aparte de ello, si alguien es en verdad un Gran Maestro -dice-, es decir, si ha recibido ese encargo de parte del propio Profeta del Islam, entonces no importa qué distancia separe al murid del Gran Maestro, este último siempre tendrá su ojo espiritual puesto encima del murid.
"Los corazones -dice- no conocen distancias, sólo nuestros cuerpos".
Para los sufíes el significado de taawwuf está más claro que la luz del sol y no necesita ninguna explicación o indicación.
Sobre el termino sufí, no admite ninguna explicación, todo son conjeturas, tanto si reconocen la dignidad del nombre como si no, cuando tratan de comprender su significado.
Los perfectos de entre ellos son llamados sufíes, y los aspirantes de rango inferior (šalibūn) entre ellos son llamados mutaSawwif; porque taSawwuf pertenece a la misma forma de tafa'aul, que implica ‘afrontar los problemas’ (takalluf), y es una rama de la raíz original.
La diferencia entre ambos en significado y etimológia es evidente.
La pureza (Safā) es una santidad con un signo y una relación (riwāya), el sufismo es una resignada imitación de pureza.
La pureza, entonces, es una resplandeciente y evidente idea, y el sufismo es una imitación de esa idea.
Sus seguidores en este nivel son de tres tipos: los sufíes, los mutasawwif, y los mustaswif.
El sufí es aquel que está muerto para sí mismo y vive por la Verdad; ha escapado de las ataduras de las características humanas y realmente alcanzado (a Dios).
El mutasawwif es aquel que trata de alcanzar este rango mediante el esfuerzo (muŷahada) y en su búsqueda rectifica su conducta de acuerdo con su ejemplo (de los sufíes).
El mustaswif es el que trata de hacerse pasar como uno de ellos persiguiendo el dinero y la riqueza y el poder y la prosperidad material, pero no tiene conocimiento de estas dos cosas.
El sufismo y sus practicantes están agrupados en distintas hermandades (tariqa, pl. turūq) que persiguen la purificación del alma humana (nafs), la consecución del Conocimiento divino (ma'arifa) y la realización de la Realidad Divina (haqīqa), a través de las enseñanzas espirituales que brinda la Revelación (el Corán y la sunna, principalmente), de manera secundaria a los dichos y experiencias de otros profetas y los santos, y la práctica de un camino espiritual a través de la guía de un maestro autorizado (que posee una cadena iniciática, silsila).
Las diferencias entre ellas se deben más que a una cuestión de principios a las características especiales que les infunden los grandes maestros de cada cadena iniciática.
Aunque existen diferencias según la tariqa, lo que caracteriza a los sufíes son, por ejemplo, la insistencia en los actos de adoración obligatorios (fara'id) y la práctica y la insistencia en aquellos que son voluntarios (nawa'fil).
Así se prodigan en las plegarias voluntarias, como son las oraciones nocturnas (qiyam al-layl), el recuerdo de Dios en todo estado, los ayunos voluntarios, la búsqueda de conocimiento...
Pero junto a ello tiene también importancia que tales actos se hagan con una sinceridad absoluta (ijlas) y que se correspondan con un trabajo interior de atención (muraqaba), de entrega a Dios (tawakkul), de contentamiento (rida), de presencia (hudur), que conduzca a estados interiores de progresiva purificación del alma (nafs) y de conocimiento de la Realidad divina (haqiqa).
Prácticas específicas:
Los derviches usan cuencos cuando mendigan, proceso por el cual intentan superar su vanidad personal y arrogancia, y es una de las prácticas más comunes del sufismo.
Dentro de estas prácticas hay unas que son de carácter individual, como pueden ser la recitación de una determinada letanía o modelo de recuerdo de Dios característico, denominado wird, que es la base de la mayoría de los turuq y uno de los elementos más importantes de las prácticas de los iniciados.
Por otro lado existen prácticas comunitarias que incluyen a los miembros de una misma tariqa.
Entre las prácticas que caracterizan a las órdenes sufíes están las sesiones de recuerdo (dhikr), las de audición espiritual (sama') y las de danza espiritual (hadra o imara).
Las sesiones de recuerdo o dhikr, también conocidas como maylis, son reuniones en las que la comunidad de iniciados recuerdan mutuamente a Dios de diferentes métodos que pueden variar, aunque básicamente incluyen la recitación del Corán, la invocación de diversos nombre divinos, una exposición o enseñanza sobre algún aspecto religioso o espiritual o incluso la lectura compartida de algún texto, como por ejemplo la historia de Mushkil Gusha.
Otro tipo de práctica es la audición espiritual (sama'), que en muchas ocasiones se incluye en la anterior.
Consiste, en la mayoría de las ocasiones, en la recitación de poesía de temática espiritual o sagrada, que tiene como ánimo permitirle al alma un grado de apertura a los significados sutiles (lata'if).
Estas prácticas suelen hacer uso de poesía sufí tanto en árabe como en otros idiomas como el persa o el turco, de autores como Hafiz, Sanai, Ibn al-Farid, Rumi, Shushtari, Abu Madyan, Mustafa al-'Alawi... y dependiendo de la tariqa incluye o no instrumentos de música o no, o simplemente percusión, aunque el elemento más importante no deja de ser nunca la voz humana.
Sama sufí:
La danza espiritual, conocido de como hadra o imara es un tipo de danza ritual.
Aunque varía de modo según la tariqa, desde una recitación del Nombre con movimiento entre los qadiríes, la danza con respiración profunda y rítmica, las danzas rituales de Africa o la conocida danza de los derviches giróvagos de la tariqa mevleví.
Si hay una verdad central que el sufismo distingue, es la Unidad de Ser, el hecho de que estamos integrados con lo Divino.
Somos Uno: una comunidad, una ecología, un universo, un Ser.
Si es que hay una verdad digna de ese nombre, es que formamos un todo con la Verdad, que no estamos separados de ella.
La comprensión de esta verdad tiene efectos en nuestro sentido de quienes somos, en nuestra relación con los demás y con todos los aspectos de la vida.
El sufismo tiene que ver con la comprensión de la corriente de amor que corre a través de toda forma de vida, con la unidad detrás de todas las formas conocidas y desconocidas por la humanidad.
El sufismo (en idioma árabe تصوف taṣawwuf) es el aspecto más esotérico(lo más oculto tras la palabra y enseñanza Sagrada del Profeta) del Islam.
En el lenguaje moderno hace referencia a la psicología del Islam.
El sufismo y sus practicantes están agrupados en distintas hermandades masculinas y femeninas que se dedican al estudio profundo de los aspectos teológicos y culturales de la doctrina revelada al Profeta Muhammad ( Mahoma).
El sufismo no es más que el camino que prentende purificar el corazón, que es el órgano donde se concentra el espíritu, siguiendo el dicho profético que dice "en el ser humano hay un trozo de carne que si está sano, todo él está sano, y si está corrupto, todo él está corrupto, y ese órgano es el corazón".
Es el camino del amor profundo a Dios.
Y como ha dicho un maestro actual, Shaij Nazim al-Qubrusi, "es otorgar a cada cosa su realidad", o como dicen otros, "vestirse con las más nobles característias (makarim al-ajlaq)....Sólo cuando cesa el agitado transcurrir de las olas,el océano ilimitado muestra su serenidad eterna...''(Un dicho sufi).
La paz de corazón llega a un corazón libre de ansiedad.
La ansiedad está causada por el peso de todo lo que es material –el peso de la comida, la bebida, del sueño, de la charla banal -.
Todo esto, como la gravedad de la Tierra arrastra el corazón etéreo hacia abajo, y liberarse a si mismo de este peso cansa al corazón.
Además hay ataduras –deseos, posesiones, amor de la familia y de los hijos- los cuales atan el corazón etéreo a la tierra y que le impiden elevarse.
El nombre de sufi es una expresión derivada de la palabra árabe saaf "puro".
La razón por la cual los sufis fueron llamados por este nombre es que su mundo interior está purificado e iluminado por la luz de la sabiduría, de la unidad y de la unicidad.
Otro significado de esta denominación es también que ellos estaban espiritualmente conectados con los constantes compañeros del Profeta ( que Allah le bendiga y le de Paz) que fueron llamados " los compañeros con manto de lana".
Ellos también podrían haber usado el acostumbrado manto de lana de oveja basta (suf) cuando eran novicios, y de haber pasado sus vidas con vestidos remendados.
Así como su exterior es pobre y humilde, así lo es también su vida en este mundo.
Ellos son frugales en su comida, su bebida y demás placeres de este mundo.
En el libro llamado al-Majma’ se dice, "lo que les sobreviene a los piadosos ascetas es el más ordinario y humilde vestido y manera de vivir".
Aunque ellos pueden aparecer muy poco atractivos para el mundo, su sabiduría se manifiesta en su gentileza y delicadas maneras, que los hacen atractivos a aquellos que saben.
En realidad ellos son un ejemplo para la humanidad.
Siguen las prescripciones divinas.
Están en la mirada de su Señor, en el primer rango de la Humanidad; A los ojos de aquellos que buscan a su Señor ellos son hermosos a pesar de su humilde apariencia.
Ellos deben ser distinguidos y distinguibles y deben ser así, de esta manera, uno y todos, porque ellos están en el nivel de la unidad y de la unicidad, y deben aparecer como uno.
En árabe la palabra tasawwuf (que designa la disciplina y método de los sufís) consiste en cuatro consonantes, t, s, w, f.
La primera letra, t, representa tawba, el arrepentimiento.
Este es el primer paso que debe ser tomado en el camino, es como si dijéramos un doble paso, uno hacia dentro y uno hacia fuera.
El paso exterior del arrepentimiento consiste en palabras hechos y sentimientos: guardar la vida de uno libre de pecado y de malas acciones, e inclinarse hacia la obediencia; huir de la revuelta y la oposición, para buscar el acuerdo y la armonía.
El paso interior del arrepentimiento se realiza en el corazón.
Consiste en limpiar el corazón de todos los deseos mundanos y conflictivos, y llegar a la total afirmación del deseo por lo divino.
Así pues el arrepentimiento, es decir, ser consciente de lo erróneo y abandonarlo, y ser consciente de lo correcto y esforzarse por ello, lleva a uno al segundo paso.
El segundo estadio es el estado de paz y alegría (safá).
La consonante s es su símbolo.
En esta etapa hay similarmente dos pasos a tomar: el primero es hacia la pureza del corazón y el segundo hacia su centro secreto.
Las definiciones sobre lo que es el sufismo son muy variadas e imperfectas.
Algunos ejemplos de ellas son:"El sufismo es cortesía espiritual (adab): cortesía con cada instante, en toda circunstancia y en todo momento."
"En el inicio (en tiempos del Profeta Muhammad) era una realidad sin nombre, y ahora es un nombre sin realidad."
El famoso sufí argelino Mustafa al-'Alawi ha dicho sobre el tema:
"el tawhid (la realización de la Unicidad Divina, o el objetivo último del sufismo), no es lo que está escrito en las hojas de papel o lo que pronuncian los charlatanes. El tawhid son las huellas que dejan los amantes y lo que brilla de su luz en los horizontes"; o también "El sufismo no es algo que se pueda expresar con palabras, sino una certidumbre absoluta y realización. Cuanto ignorante se regocija en su ignorancia y cuanto conocedor sufre por su conocimiento".
Para Al-Ghazali en su autobiografía, es la cumbre de todas las ciencias islámicas, porque su objetivo es Dios Mismo, es un camino de Conocimiento y es ante todo una vía práctica y experimental, donde los conocimientos y los estados del alma deben ser saboreados (dawq) y experimentados para conocer a Dios en todas Sus manifestaciones: en el Universo, en las criaturas, en los seres humanos y sobre todo en la propia alma (nafs), depositaria del secreto (sirr) del Espíritu (ruh).
También se dice que el sufismo es el camino que pretende purificar el corazón, que es el órgano donde se concentra el espíritu.
El Sufismo o Tasawwuf ha sido definido como el Camino del Amor o del Corazón.
A la palabra 'Sufi" se le han atribuido varios orígenes, entre ellos palabras que significan ' pureza' y ' sabiduría'.
El sufi, entonces es el que ha descartado todo lo que no pertenece a su esencia más íntima, y que ha cultivado el jardín del corazón, ya que no hay otro lugar para que la sabiduría crezca. Un sufi es un hombre con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo.